Relación entre capitalismo y el protestantismo


A continuación, presentaré algunos puntos que intenten dilucidar la relación entre el modo de producción capitalista y el ethos económico que surge de él, y su relación con el protestantismo religioso. 
Esto se hará a través del famoso estudio de Max Weber en su obra La ética protestante y el espíritu del capitalismo (1904-1905), en donde sintetizaré algunos puntos de tal estudio sociológico apoyado en las referencias dadas por el profesor Francisco Gil Villegas en tal obra.
La intención de los puntos expuestos será a posterior concientizar acerca de la influencia de la ideología capitalista en latino-américa y su impacto socio-político en el mundo evangélico, desenmascarando pantallas ideológicas que sacralizan el statu quo y legitiman a las clases dominantes.

La ética protestante y el espíritu del capitalismo (Max Weber, 1904-05)

I. Advertencias aclaratorias para no mal interpretar la obra de Weber:

  1. Max Weber jamás afirmó que el protestantismo fuera la causa genética del capitalismo, ni mucho menos que la reforma protestante precediera cronológicamente al desarrollo del capitalismo moderno. 
  2. En Economía y sociedad (obra póstuma), Max Weber ubica explícitamente los orígenes estructurales del capitalismo moderno en la baja Edad Media (Max Weber, Economía y sociedad. Esbozo de sociología comprensiva, trad. de José Medina Echeverría et al., México, FCE, 1964, especialmente pp. 945-1042).
  3. Cuando Weber habla del protestantismo se refiere a una variante específica de este, la concepción de racionalismo de dominio del mundo del ascetismo intramundano del calvinismo, el cual, tuvo una importante influencia y “afinidad electiva”, no con el capitalismo en general, sino con el espíritu del capitalismo, es decir, con una manera específica de concebir la ética de trabajo en la vida cotidiana de la actividad económica capitalista. El impacto de la ética del ascetismo intramundano calvinista es indirecto al desarrollo del capitalismo moderno y no causal genético. Sin embargo, esta ética protestante tuvo un importante impacto en el desarrollo histórico del capitalismo occidental a partir del siglo xvii, pues fungió como una especie de guardagujas que modificó la trayectoria de la dinámica de intereses materiales en la que ya venía “encarrilado” el desarrollo del capitalismo moderno.
  4. Max Weber no pretende refutar a Marx ni refutar una interpretación materialista de la historia cambiándola por una idealista, pues Weber se inclinaba por una interpretación materialista aunque no de corte marxista.
  5. El objetivo de la investigación de Max Weber es rastrear “la influencia de ciertos ideales religiosos en la formación de una ‘mentalidad económica’, de un ethos económico, fijándonos en el caso concreto de las conexiones de la ética económica moderna con la ética racional del protestantismo ascético” (p.14).
  6. Las precondiciones materiales para el desarrollo del capitalismo moderno fueron suficientes y necesarias sólo si se combinaban con una precondición “ideal” adicional: la santificación del trabajo mediante una vocación; y recíprocamente, las precondiciones ideales fueron necesarias y suficientes sólo cuando se combinaron con las precondiciones materiales relevantes. Por otro lado, tal combinación fue necesaria sólo hasta el siglo xvii, pues Weber afirma explícitamente que el posterior desarrollo del capitalismo moderno ya no requirió para su funcionamiento de la motivación ética del “espíritu” del capitalismo: “El caparazón ha quedado vaciado de espíritu, quién sabe si definitivamente. En todo caso el capitalismo victorioso no necesita ya de este apoyo religioso, puesto que descansa en fundamentos mecánicos […] y la idea del ‘deber profesional’ ronda por nuestra vida como un fantasma de ideas religiosas ya pasadas” (p. 248).


II. La tesis de la “ética protestante” de Weber y sus argumentos

Retomemos los principales puntos de la tesis de Weber en los ensayos de 1904/05: una cierta interpretación del sentido de la predestinación calvinista y de la división del mundo entre elegidos y condenados condujo a un ascetismo intramundano de racionalismo de dominio del mundo, mismo que suscitó una ética de trabajo acorde con una mentalidad económica identificada con el término, acuñado por Werner Sombart en 1902, de un “espíritu capitalista” (p.24-25).
Weber hará notar que su objetivo al discutir la influencia del calvinismo sobre la formación de la ética del protestantismo ascético intramundano, no consiste tanto en apegarse a una estricta interpretación literal del dogma de Calvino, sino más bien en la manera como las ideas de Calvino fueron transmitidas e interpretadas, no siempre fielmente, por las comunidades calvinistas del siglo xvii. Todo esto con el propósito de explicar la forma en que esas interpretaciones tuvieron una eficacia histórica, primero de manera directa en su asociación con la formación del llamado “espíritu del capitalismo”, y después, ya de manera indirecta, en el desarrollo del capitalismo moderno a partir del siglo xvii, con lo que quedaba pendiente la investigación sobre cómo ese calvinismo ascético intramundano fue influido y moldeado, a su vez, por las condiciones históricas materiales, especialmente las económicas.



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