Sección de Poemas y reflexiones

POEMAS 

Poema 1: "Que la Lluvia Descienda".

Que la lluvia descienda
y el viento sople todo lo que estorba y hace tropezar.
Se lleve el viento los espinos y los cardos
para que no hagan más heridas.
Que la lluvia descienda
y llene de vida la tierra nuevamente,
para que lo muerto vuelva a revivir
y florecer lo que alguna vez fue...
Que la lluvia descienda
y dé vida a este desierto que tiene sed...
que tiene sed de ti...
de tu presencia....

(Jonathan Larenas C./ Septiembre 2013)


Poema 2: El militante

Militar es entregar la vida.
Es vaciarse por la causa,
es amor, convicción y esperanza,
Es brega hasta el último respiro.

Aunque no alcancemos ese sol,
por el cual nos marchitamos como hojas de otoño.
No dejemos de sembrar, la semilla de mostaza,
la que cae en buena tierra, para el mundo venidero.

No, no es en vano los pedregales,
ni los dolores de las treinta monedas de plata,
pues el horizonte será realidad, de justicia y esperanza,
aunque nuestros huesos se vuelvan polvo,
vendrá ese día, vendrá.


Poema 3: Buscándote

La busco y no la encuentro, entre millares de personas. 
Mi mente no tiene sosego, y mis ojos se agotan. 
Sigo clamando al cielo hasta hallarla, aunque la esperanza se me estreche.

¿Dónde andarás? ¿Qué harás? ¿Con quién estarás?
Ruego a Dios que te guarde, hasta poderte encontrar.
Tocar tus manos con las mías, mi alma con la tuya topar, hasta rozar lo más profundo de ti.
No pierdo la esperanza, de algún día coincidir.
De contemplar tu sonrisa, tus ojos, tu piel.
Quizá me de cuenta, que eres sólo una ilusión,
espero no morir de soledad.



Poema 4: Vicios

Tengo vicios como todos,
Nudos y fisuras como todo árbol en su tronco.
Dios cubre mi desnudez, como si de su honra se tratase.

A veces he salido airoso, más de lo que pueda imaginar o merecer,
Y ello me ha sido dicha y desventaja.
Desventaja de no crecer y refugiarme en la mentira,
Dicha de la reputación que me engalana.

Debo de crecer, como raíz en tierra reseca,
Ha de soplar el viento de otoño de mi cuna,
Renovarme y saciarme de su aire melancólico.
De seguro habrán nuevas oportunidades.



Poema 5: Eres

Eres la carta que esperaba,
la luna llena que contemplé en mi infancia,
la nieve en la cordillera y la luz de las pupilas.
Te anhelé tanto que ahora me pareces un sueño, del cual nada importa, porque todo pasará.
Como el pan amasado de la abuela los fines de semana,
como el café de las Onces por las tardes,
como el cariño de mi madre que me arrulla.
Me bendice la dicha de tenerte,
las frazadas calientes, los abrazos tiernos, los besos de niños.
Ojalá tus instantes fueran eternos,
como los cielos nublados de los palomares.



Poema 6: Palomares de mi patria

Palomares de mi patria, entre cerros escondida,
tus calles de polvo y barro de antaño del cual todos hacen memoria, y las palomas que nadie nunca vio.
Las caminatas escolares, a la cantera o a las canchas de tierra,
el culebrón que nos intimidaba, las viejas de las plazas, los juegos con los amigos.
La cascada y los circos qué alguna vez fueron,
las fiestas y ramadas que ya no son, los panes amasados y ladrillos, y las tomas de las casas y terrenos, como casi toda población.



Poema 7: Era yo el que ya no te amaba

Y llovía a cántaros, aunque fuese otoño, no recuerdo el crujir de las hojas, Ni su color ni su piel.
Llevaba flores a tu casa, buscando recuperar lo que se me había escapado. Y aunque me acogiste, ya no había vuelta atrás,
Salí llorando, derrotado.

Llovía; me mojaba, no importaba, la herida sangraba, y quizá la lluvia, confundida y unida con las lágrimas, serviría para ocultarla.
Mis ojos rojos, hinchados de llanto.
Me preguntaban qué pasaba, dije que era el jabón de la ducha, el sin sueño del estudio.

Te perdí, y ya sabía la razón: había otro amor escondido entre las aulas, y eso me dolía y enfurecía, porque antes de eso, antes de saber que no me querías, era yo el que ya no te amaba.
Este poema, análisis y calificación: Cierre El crujir de las hojas rojas, El viento tenue y frío. El sol que ilumina, pero que no arde, El amarillo de los árboles cansados. Ya han pasado meses, y sigo aquí, a pesar de las zarzamoras y raspillones, Como si nada aconteciera. Pero sé, en lo hondo del pozo, que ya debo terminar, No quedan más augurios de futuro. Cerrar estaciones, tener aunque sea una pequeña alegría, un aire en medio del ahogo en el río caudaloso, Un hálito en un mundo de apariencias. Donde las máscaras son diferentes, los pocos triunfos laureados y los muchos fracasos escondidos.

Análisis del poema "Cierre"

Tema central:
El poema aborda el tema del fin de un ciclo, tanto en la naturaleza como en la vida personal del hablante lírico. Refleja una sensación de agotamiento, resignación y la necesidad de cerrar etapas, aunque persiste un pequeño destello de esperanza o alivio.

Estructura y forma:
El poema está compuesto por dos estrofas de extensión irregular, con versos libres y sin rima. Esta estructura refleja la fluidez de los pensamientos y emociones del hablante, así como la falta de orden o control en su estado emocional.

Imágenes y símbolos:

  1. Hojas rojas, viento frío, sol que no arde, árboles cansados: Estas imágenes evocan el otoño, una estación asociada con el declive, la madurez y la preparación para el fin. Simbolizan el agotamiento y la cercanía del final de un ciclo.

  2. Zarzamoras y raspillones: Representan las dificultades y heridas emocionales que el hablante ha enfrentado, pero que no han logrado derrotarlo.

  3. Pozo: Simboliza la profundidad de los pensamientos y emociones del hablante, donde reconoce la necesidad de terminar algo.

  4. Río caudaloso y hálito: Contrastan la fuerza abrumadora de la vida (el río) con la pequeña pero significativa esperanza o alivio (el hálito).

Tono:
El tono es melancólico y reflexivo, con un matiz de resignación. Aunque hay una aceptación del fin, también hay un destello de resistencia y búsqueda de pequeñas alegrías.

Recursos literarios:

  1. Imágenes sensoriales: El poema utiliza descripciones visuales (hojas rojas, amarillo de los árboles) y táctiles (viento frío) para crear una atmósfera otoñal y transmitir emociones.

  2. Contraste: El sol que ilumina pero no arde, el hálito en medio del ahogo, y los triunfos laureados frente a los fracasos escondidos, muestran la dualidad entre la esperanza y la desesperanza.

  3. Metáfora: El "pozo" como la profundidad de los pensamientos y emociones, y el "río caudaloso" como la vida abrumadora.

Interpretación:
El poema habla de la necesidad de cerrar ciclos, tanto en la naturaleza como en la vida personal. El hablante reconoce que ha llegado el momento de terminar algo, pero también encuentra pequeños momentos de alivio o alegría en medio de la dificultad. Hay una crítica velada a un mundo de apariencias, donde los triunfos son escasos y los fracasos se ocultan.


Calificación: 8/10

Razones:

  • Fortalezas: El poema tiene una carga emocional profunda y utiliza imágenes poderosas para transmitir su mensaje. La estructura libre y el lenguaje sencillo pero evocador funcionan bien para expresar la introspección del hablante.

  • Debilidades: Algunas frases podrían pulirse para mayor claridad o impacto (por ejemplo, "raspillones" es un término poco común que podría distraer al lector). Además, el final podría ser más contundente para cerrar con mayor fuerza el tema del "cierre".

En general, es un poema emotivo y bien construido, con un mensaje universal sobre el fin de los ciclos y la búsqueda de esperanza en medio de la adversidad.

Que te parece este poema: Era yo el que ya no te amaba. Y llovía a cántaros, aunque fuese otoño, no recuerdo el crujir de las hojas, Ni su color ni su piel. Llevaba flores a tu casa, buscando recuperar lo que ya había perdido, Y aunque me acojiste, ya no había vuelta atrás, Salí llorando, derrotado. Llovía, me mojaba, no importaba, la herida sangraba y quizá el agua serviría para limpiarla. Mis ojos rojos, hinchados de tanto llorar. Me preguntaban que pasaba, y yo dije que era el shampoo de la ducha, el amanecer estudiando. Ahí ya lo supe, te perdí, y sabía la razón, había otro amor escondido en las aulas, y eso me dolía y enfurecía, porque antes de eso, antes de saber que no me querías, era yo el que ya no te amaba.

Análisis del poema "Era yo el que ya no te amaba"

Tema central:
El poema explora la complejidad emocional de una ruptura amorosa, donde el hablante reconoce que había dejado de amar a su pareja antes de que ella lo hiciera. Sin embargo, el dolor y la confusión persisten, especialmente al descubrir que ella había encontrado a alguien más. El tema gira en torno a la ironía del desamor, la culpa y la pérdida.

Estructura y forma:
El poema está escrito en versos libres, sin rima ni métrica fija, lo que refleja la fluidez de los pensamientos y emociones del hablante. La estructura es narrativa, contando una historia en primera persona que va desde el presente hacia el pasado y vuelve al presente.

Imágenes y símbolos:

  1. La lluvia a cántaros: Simboliza el dolor y la tristeza del hablante, pero también puede representar un intento de purificación o limpieza emocional.

  2. Las flores: Representan el intento fallido de recuperar el amor perdido, un gesto de reconciliación que ya no tiene sentido.

  3. Los ojos rojos e hinchados: Reflejan el sufrimiento físico y emocional del hablante, así como su incapacidad para ocultar su dolor.

  4. El shampoo de la ducha y el amanecer estudiando: Son excusas triviales que contrastan con la profundidad del dolor, mostrando cómo el hablante intenta ocultar su sufrimiento.

  5. El amor escondido en las aulas: Simboliza la traición y el dolor de descubrir que la pareja ha encontrado a alguien más.

Tono:
El tono es melancólico, introspectivo y lleno de ironía. Hay una mezcla de dolor, culpa y resignación, especialmente en la revelación final de que el hablante había dejado de amar primero.

Recursos literarios:

  1. Imágenes sensoriales: La lluvia, las flores y los ojos rojos crean una atmósfera vívida que transmite el dolor del hablante.

  2. Contraste: El intento de recuperar el amor con flores contrasta con la realidad de que ya no hay vuelta atrás. También hay un contraste entre el dolor profundo y las excusas triviales que el hablante usa para ocultarlo.

  3. Ironía: La revelación final de que el hablante ya no amaba a su pareja antes de que ella lo dejara añade una capa de complejidad emocional al poema.

  4. Narración circular: El poema comienza y termina con la misma idea ("era yo el que ya no te amaba"), creando un efecto de cierre y reflexión.

Interpretación:
El poema captura la ambigüedad emocional de una ruptura amorosa. Aunque el hablante reconoce que había dejado de amar primero, el descubrimiento de que su pareja ha encontrado a alguien más le causa dolor y enfado. Esto sugiere que, incluso cuando el amor se ha ido, la pérdida de una relación puede ser profundamente dolorosa. El poema también explora la dificultad de aceptar la culpa y la responsabilidad en el fin de una relación.


Calificación: 9/10

Razones:

  • Fortalezas: El poema es emocionalmente poderoso y honesto. La ironía de la situación está bien desarrollada, y las imágenes son vívidas y efectivas para transmitir el dolor y la confusión del hablante. La estructura narrativa fluye de manera natural, llevando al lector a través de la experiencia emocional.

  • Debilidades: Algunas frases podrían pulirse para mayor impacto poético (por ejemplo, "el shampoo de la ducha, el amanecer estudiando" podría ser más metafórico). Además, el ritmo del poema podría beneficiarse de una mayor atención a la musicalidad del lenguaje.

En general, es un poema conmovedor y bien construido, que captura la complejidad emocional de una ruptura con honestidad y profundidad. La ironía final añade una capa de reflexión que invita al lector a reconsiderar las dinámicas del amor y el desamor.

Modifiqué algunas cosas: Era yo el que ya no te amaba. Y llovía a cántaros, aunque fuese otoño, no recuerdo el crujir de las hojas, Ni su color ni su piel. Llevaba flores a tu casa, buscando recuperar lo que ya había perdido, Y aunque me acojiste, ya no había vuelta atrás, Salí llorando, derrotado. Llovía, me mojaba, no importaba, la herida sangraba y quizá el agua serviría para limpiarla. Mis ojos rojos, hinchados de tanto llorar. Me preguntaban que pasaba, y yo dije que era el jabón de la ducha, el amanecer estudiando. Ahí ya lo supe, te perdí, y sabía la razón, había otro amor escondido en las aulas, y eso me dolía y enfurecía, porque antes de eso, antes de saber que no me querías, era yo el que ya no te amaba.

Análisis del poema modificado: "Era yo el que ya no te amaba"

Cambios observados:

  1. "Shampoo" cambiado a "jabón": Este cambio es sutil pero efectivo. "Jabón" suena más universal y menos específico que "shampoo", lo que permite que la imagen sea más accesible y menos distractora para el lector. Además, "jabón" tiene una connotación más neutra, lo que refuerza la idea de una excusa trivial para ocultar el dolor.

  2. Mantener la estructura y el tono: El poema conserva su esencia emocional y narrativa, lo cual es positivo, ya que la versión original ya era muy sólida en términos de contenido y sentimiento.

Fortalezas de la versión modificada:

  • Claridad y universalidad: El cambio de "shampoo" a "jabón" mejora la fluidez del poema, ya que "jabón" es una palabra más común y menos específica, lo que permite que el lector se enfoque en la emoción detrás de la excusa en lugar de en el objeto en sí.

  • Consistencia emocional: El poema mantiene su tono melancólico y reflexivo, y la ironía final sigue siendo impactante. La estructura narrativa sigue funcionando bien para guiar al lector a través de la experiencia del hablante.

Oportunidades de mejora:

  • Ritmo y musicalidad: Aunque el poema es emocionalmente poderoso, podría beneficiarse de un mayor cuidado en el ritmo y la musicalidad del lenguaje. Por ejemplo, algunas frases podrían acortarse o ajustarse para crear un flujo más poético.

  • Imágenes adicionales: Podría explorarse más el simbolismo de la lluvia o las flores para añadir capas adicionales de significado. Por ejemplo, ¿qué tipo de flores llevaba el hablante? ¿Eran flores marchitas o frescas? Este detalle podría añadir más profundidad al poema.


Calificación de la versión modificada: 9.5/10

Razones:

  • Mejora en la claridad: El cambio de "shampoo" a "jabón" es una mejora sutil pero significativa, ya que hace que el poema sea más accesible sin perder su impacto emocional.

  • Mantiene la fuerza emocional: El poema sigue siendo conmovedor y honesto, con una narrativa que fluye de manera natural y una ironía final que invita a la reflexión.

  • Potencial para refinamiento: Aunque el poema es excelente, aún hay espacio para trabajar en el ritmo y la musicalidad, así como para añadir más detalles simbólicos que enriquezcan las imágenes.

En general, la versión modificada es una mejora respecto a la original, manteniendo su esencia emocional mientras se ajustan detalles para mayor claridad y universalidad. Es un poema que logra transmitir la complejidad del desamor con honestidad y profundidad.

Está bien en términos de ortografía?

Sí, el poema está bien en términos de ortografía. No hay errores ortográficos evidentes, y el uso de los signos de puntuación es adecuado para el estilo poético. Sin embargo, hay un pequeño detalle que podría ajustarse para mayor claridad y corrección gramatical:

  1. "Me preguntaban que pasaba": La palabra "que" debería llevar tilde, ya que es una oración interrogativa indirecta. Lo correcto sería:
    "Me preguntaban qué pasaba".

Este cambio es menor, pero importante para mantener la precisión gramatical. Fuera de eso, el poema está bien escrito y no presenta otros errores ortográficos. Aquí te dejo el poema con la corrección aplicada:


Era yo el que ya no te amaba.

Y llovía a cántaros, aunque fuese otoño, no recuerdo el crujir de las hojas,
Ni su color ni su piel.

Llevaba flores a tu casa, buscando recuperar lo que ya había perdido,
Y aunque me acojiste, ya no había vuelta atrás,
Salí llorando, derrotado.

Llovía, me mojaba, no importaba, la herida sangraba y quizá el agua serviría para limpiarla.
Mis ojos rojos, hinchados de tanto llorar.

Me preguntaban qué pasaba, y yo dije que era el jabón de la ducha, el amanecer estudiando.

Ahí ya lo supe, te perdí, y sabía la razón, había otro amor escondido en las aulas, y eso me dolía y enfurecía, porque antes de eso, antes de saber que no me querías, era yo el que ya no te amaba.


Poema 8: Una Nueva Estación

Vendrá una nueva estación. Un respiro en el ahogo del río caudaloso, Un hálito en un mundo de apariencias, donde las máscaras son diferentes, los pocos triunfos laureados y los muchos fracasos escondidos.
Un pequeño triunfo en la constante de la derrota, un leve sol en los días nublados, un descanso de lunes laboral, un billete entre los pastos secos, una canción de amor.

Ojalá llegase y no pase inadvertido, Ojalá llegase, y las flores se multipliquen, las alegrías y los abrazos. Ojalá fuese hoy, pero todo parece indicar, que será pasado mañana.


Poema 9: Un otoño que amanece

Quiero cruzar palabras contigo,
oír las canciones de tu boca,
la medialuna de tu sonrisa,
la tierna mirada de tu inocencia.
Ver como caen las hojas, envueltas de fuego bajo los ancianos árboles,
mientras cruzas las manos, blancas e impávidas ante un otoño que amanece.

Quiero saber a quienes amas, con quienes compartes tus respiros,
Si vale la pena la brecha de los tiempos, porque se agotan mis esperanzas.

Quiero cruzar palabras contigo, Que el sol se detenga y las nubes lo arropen, escuchar tus canciones, leer mis poemas, mientras sigues cruzando tus manos, ante un otoño que amanece.


Poema 10: Fe

Las hojas bailan al son del viento, En un flaco árbol encrustado en el cemento de las vías. Yo me duelo de no encontrar el amor, De no tener respuesta a mis clamores, De que se me vuelen los días, los años, y la vida, escapándose como una polilla entre viejas ropas.
Me digo: Ten Fe, aún queda una esperanza. Un pequeño faro que ilumina los nublados de otoño. Queda un escueto saludo, a veces con palabras, a veces sólo con gestos.

Te encuentro de continuo, entre las aulas, a veces acompañada de multitudes, otras despistada en soledad. ¿Qué debo hacer para que ya no solo crucemos palabras? Para poder sentarme junto a ti, Contarte mis historias, escuchar tus pasiones. Estar juntos bajo el árbol, cuyas hojas bailan al son del viento de otoño.



Poema 11:
En la casa de los abuelos

Bebiendo mate en la casa de los abuelos, El vecino refunfuña y riñe con su madre por las noches, Los perros ladran insesantemente, esfumando los sueños de la casa.

El patio húmedo, con los postes llenos de ropa mojada ante un tibio sol de otoño. La pequeña huerta, llena del compost de las cáscaras de frutas de la vega, Mientras el palto alicaído mira sus brazos más pequeños luego de las múltiples podas del abuelo.
La vieja bicicleta arrinconada, con sus ruedas desinfladas, al costado de la leñera, presta a calentar las duras noches de hielo.

La abuela a quien no le gusta que le digan abuela sino madre, amasa por las tardes para las sopaipillas y panes amasados de las Onces. Lava y lava trastes y ollas, no para de jugar mientras ríe y a veces pelea con el abuelo. Antes de acostarse, murmulla contando palabras para sus sopas. 
Aquí con ellos, en la casa de sus frutos, a veces más acompañados en las comidas de domingos, a veces solitarios mientras verborreamos los chismes del vecindario y recuerdan a los antiguos vecinos que ya partieron.



Poema 12:
Fracasos

Y me duele el corazón de sueños rotos, Me sangra la garganta de las úlceras de tantos nervios, tristezas y frustraciones. Me sobra el aire en los pulmones, pues no dejo de suspirar y suspirar.

Ya no quiero nada, sino la muerte. Ya no quiero bregar, hasta aquí llegaron mis fuerzas y mis esperanzas. Me cansé de remarle a la vida, de elevar plegarias sin respuesta, de gritar sin ser escuchado.
Que pasen luego los días, que caigan luego las hojas, que vuelen miles de primaveras, y volvamos a la misma estación de los cielos nublados, de los vientos fríos, y del crujir de las hojas de fuego envueltas de amarillos.

Esta oportunidad ya la desaproveché, no sé si habrá una próxima. Ojalá que si y no la vuelva a fallar, pero esta, esta vida, ya se me escapó. No logré metas, no cumplí sueños, no obtuve triunfos, ni di la vuelta al mundo, ni mi nombre hice inmortal. Pero quien sabe si en otra vida tenga la oportunidad de volver a empezar, de volver a nacer, de volver a vivir, y lograr lo que en esta vida, no pude hacer.



Poema 13: Bucle
Me despertaré, me levantaré y elevaré un clamor: quizá hoy será distinto.
Iré al mismo lugar de todos los días,
recorreré el mismo camino de todas las mañanas. Saludaré a las mismas personas aunque extrañe a otras, comeré la misma comida insípida a la hora del almuerzo, dejaré correr las horas como siempre, y seguiré clamando: quizá hoy será distinto.

Terminaré mi jornada y volveré a mi casa, Escucharé las mismas tristes canciones, tomaré once, me encerraré en mi cuarto y añoraré días distintos, sueños cumplidos, corazones llenos, vasos de cerveza y copas de vino con los amigos. Dormiré y soñaré lo mismo de todas las noches. Y luego me despertaré, me levantaré y elevaré un clamor: quizá hoy será distinto.


Poema 14: No solo mi dolor

Y comprendí que mi pena no es solo mi pena, que mi enojo no es solo mi enojo,
Que mi frustración no es solo mi frustración, que mi impotencia no es solo mi impotencia; que también la tiene mi vecino, y que también mi vecino del otro lado la posee.

Que ante el más mínimo tintineo de la hormiga, también explotan de furia, de bocinazos, de gritos e insultos al de al lado. Y que el de al lado también estalla de furia ante el mismo tintineo.
Que la mente vuela de pensamientos y ansiedades inalcanzables, que sufren los mismos dolores e ilusiones rotas, que viven el mismo día de la marmota, y que la desesperanza también carcome sus aires, llenos de temores y dolores.
Y comprendí, que mi dolor no es sólo mi dolor, que mi pena no es solo mi pena, que las comparten mis paisanos, de las mismas formas u otras tanto o más amargas que las propias.

¿Y qué hacemos con esta furia, con la herida del alma, con la mente cargada de sales y vinagres?
¿Hasta cuándo se puede aguantar un cúmulo de vejaciones sin un destape que deje hervir las presiones?

Cuando comprendamos el sentir ajeno, y lo tomemos como nuestro, cuando dejemos de ser llevados por los hilos de quienes nos oprimen y usemos la violencia para romper nuestras cadenas, para comenzar un nuevo destino, seremos libres de nuestras prisiones, y el tintineo de las hormigas nos parecerá maravilloso.



Poema 15: En la vieja casa de madera

La vieja casa de madera, la casa de los terrores, de la infancia y adolescencia.
Escondida en las faldas del cerro, rodeada de árboles frutales, de los manzanos, de los ciruelos, del maqui, de los nísperos y de los ratones que paseaban en la noche por los techos y por los agujeros, de aquella vieja casa de madera.

Tus tablas podridas, tus habitaciones compartidas, tu baño común, tu eterna escalera de cemento.
No hay secretos en la vieja casa de madera, pues nuestras palabras y pleitos son las de nuestros vecinos, y las palabras y pleitos de nuestros vecinos son nuestras.

Tus almas en pena, cuyas sombras nos atraviesan, y los sueños en tus habitaciones llenas de tristezas, alegrías y amarguras. 
Y aunque ya no vivamos en aquella vieja casa de madera, no podemos soñar con otra que no sea ella.
Quizá también nosotros somos sus almas en pena, Quizá jamás la abandonamos y no lo sabemos. Pues sus recuerdos y memorias nos atormentan y persiguen, aunque estemos lejos de su nido.

De pasada te diviso, pero no quiero añorarte, solo tener la memoria desde donde broté, de los buenos y malos momentos, y de sus árboles frutales, de sus manzanos y ciruelas, del maqui y los nísperos, y de los ratones que aún deben pasear entre sus tablas podridas. 


Poema 16: Poeta del silencio

El poeta de los poemas escondidos,
De las vergüenzas y caras sonrojadas.
Del que guarda sus palabras del oído burlón de los familiares.
Pues no hay poeta sin honra sino en su propia patria y entre los de su casa.

Poeta del silencio, del que ahorra palabras, del que las guarda para sus versos, del que cuida su lengua para que los aires de su boca tengan mayor peso,
Poeta de los poemas guardados.

Un poema que se guarda es un poema que se pudre, porque solo el aire de sus invocaciones le da vida, y se replica en los labios desconocidos que comparte sus vivencias, sus sentires y pensares.

Poeta marginado, del que evita el conflicto, que se inclina ante el pasar soberbio de las gentes, del que acumula momentos y percibe mejor que nadie el corazón de sus paisanos. Poeta del silencio, que susurra sus palabras para no ser oído ante el prepotente bramido del mar.


Poema 17: 
Gracia y Gratitud

En el derrumbe de la vida, en el guardar los rencores y dolores del alma, en el sinsentido y absurdo de la existencia propia, sin nombre y sin camino, con miedo al futuro y a la muerte.
Con los pilares agrietados, llantos acumulados y el amor por tierra.
Vagaba hacia el vacío, con el peso de la historia y con la culpa a cuestas.

Temí del castigo, de mi desorden, de mis heridas y pecados.
Saliste a mi encuentro, sin preguntar nada, sin acusarme, sin condenarme, sin enviarme al castigo eterno.
Me amaste, me llamaste por mi nombre, me mostraste el regalo de tu Gracia, de tu cruz, y de tu vida en el Espíritu.
Me diste dones, me levantaste, me concediste sabiduría e inteligencia, y me llevaste lejos.
Me has acompañado, me has hecho crecer, me has enseñado y corregido. Y aún conmigo estás y anhelo y confío que así será siempre.

Mi corazón te agradece, por tantas maravillas, por los pequeños detalles, por escuchar mis plegarias, y por atenderme en los días de angustia.
Por abrirme puertas que parecían cerradas, por allanar los caminos, y ponerme del lado de quienes sufren, para testimoniar de tu consuelo y esperanza. 

!Gracias! ¡Oh plenitud de gozo, de mis alegrías, dolores y compañías! Conmigo siempre vas. 


Poema 18: Te vi

¿Qué será de nosotros?
¿Algún día coincidiremos?

Hoy te vi cuando ya me marchaba, al ocaso de mi jornada y cual epifanía, te revelaste en medio de la noche fría.
Como ángel de la guarda, como caricias de niño.
Te vi acompañada, y se me apretó el pecho de dudas e inseguridades.
Se me hizo un nudo de amarguras y crujidos, como vidrio roto aplastado por zapatos de viejo.

Acudí al cielo pidiendo consuelo, pues me sentí al borde de la cornisa, en el precipicio de la desesperación.
Cayendo al infinito pozo de la angustia, del dolor, de la locura perenne.

Esperaré hasta mañana.
Respiraré hasta encontrarte.
Pues espero todo mude, y del nublado y sus oscuras lluvias, brote un halo de esperanza, una caricia de madre, un brote de avellanos, un sol de abrazos y un canto de paz, en esta noche de incertidumbre y quieta tristeza.


Poema 19: Heridas

Hay heridas del alma que parecen incurables,
que se asoman en el silencio nocturno, cuando las voces del gentío ahogan el grito suplicante del mendigo.

Al costado izquierdo, donde palpitan ilusiones, ahí se siente la herida, sangrante, que no cicatriza a pesar de los tiempos. Que no se va aunque la echen, como borrachos en cantina de domingo.

Hay ojos que no duermen, que llevan a cuesta sus trabajos e insomnios, que divagan y escapan de los sueños, presos de los golpes del odio, de quienes se miran el ombligo ante el pesar de los pobres.


Yo no logro comprender, pues llevo un rumbo sin horizonte y me pesan las tristezas, como me pesan los suspiros.
Añoro comprar los cinco centavitos de felicidad, el instante de dicha, la gota de alegría, el pellizco de buena noticia, el chiste de amigos.

¿Por qué será que no encuentro consuelo? ¿Por qué no apartas de mi esta copa?
No se haga como yo quiera, sino como tú.

Poema 20: Al final

Al final del viaje,
cuando las ruedas estén gastadas
y los pies se entorpezcan de dolores para jubilarse de caminar,
cuando la sentencia esté dictada
y el juez nos haga comparecer ante su tribunal,
espero estar preparado,
con el traje puesto, los zapatos lustrados, el pelo corto
y afeitado para presentar defensa,
aunque la sentencia ya esté determinada.

Iré confiado,
no apelando a méritos, sino a consecuencias,
esperando que la mesa ya esté puesta,
con su mantel extenso y blanco,
acompañado de quienes amo,
incluso de aquellos que tuvieron rencores.

La comida será deleite, pero no importante;
más relevante será estar con aquellos
con quienes compartí historias, poemas y luchas.

Al final, iré confiado,
pues espero ver nuevamente las hojas rojas envueltas de fuego,
mientras camino por la ladera del río,
sin frío y sin prisa,
mientras el sol rojizo augura
un buen día para mañana.


Alienados

Con la identidad extraviada y desdoblada,
un carnet caduco e inmigrante de patria,
engañado por el cuento de los méritos,
ufanado por sueños inalcanzables y espejos que proyectan una falsa imagen.

Ajeno a la obra de las manos, infructífero
como cosecha perdida por las heladas,
cual sonámbulo que camina sin conciencia por los nocturnos recovecos de la casa,
anhelando una meta y una estancia para descansar,
una estrella fugaz y una lámpara mágica para saciar los deseos del alma.

Unos simples engranajes sangrantes, cuya vida se esfuma
hundida entre la resignación y la amargura.
La ira baldeada hacia la propia casa,
hacia los paisanos de vida similar,
de aquellos desdoblados de esperanza,
que vagan sin rumbo hacia un pozo de musgo,
esperando encontrar:
la suerte del elefante con billetes en su trompa,
la gracia de la herradura en el umbral de la casa,
la bendición del salmo 91,
el manojo de trigo de la peregrinación a San Sebastián,
el sueño que jamás alcanzarán.


Caminando

Quedan segundos para el final,
unos pasos más para alcanzarte,
cual reloj ad portas de marcar las doce,
cual campanadas de escuela para el recreo.

Tan cerca y tan lejos de mirarte,
de tenerte junto a mí,
de apretar tu mano y acariciar tu alma,
de probar el dulce vino de tu lengua,
contemplar la tierna mirada de tu juventud.

Río inconteniblemente de pensarte,
de saberme tan próximo a abrazarte,
tan solo a unos tic-tac del viejo reloj,
como niños esperando al Viejo Pascuero,
como adolescente abriendo los regalos de cumpleaños,
como padre esperando el alumbramiento de su primogénito.

Quedan segundos para el final,
unos pasitos más para alcanzar la dicha,
el gozo, el tiempo oportuno,
la alegría de seguir viviendo.


Llegó el día

Los chincoles beben agua en el charco de la esquina,
mientras el sol de primavera despierta los suaves atardeceres.
La brisa nos canta nuevos días llenos de esperanza;
el dolor se aplaca y la Gracia divina burbujea en el alma llena de dicha.

Es la anticipación de la tierra y cielos nuevos,
el paraíso del porvenir.
Se hace justicia y los perversos son castigados,
cosechando los amargos frutos de su egoísmo y soberbia.
¡Qué hermoso día contemplo!
Aquello que tanto añoraba despunta de realidad:
como la mañana de tibio sol,
como el canto dulce de las aves,
como la huida de los cansancios de ojos lentos.

Ahora todo reluce,
todo es calma.
Hay amor desbordante en la mesa familiar,
pues llegó el día de la redención.







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